Mi viaje a Marruecos II

Relato de Encarni Toledano


Publicado 01-05-2018



Salimos de Motril camino del puerto de Nador. Un fuerte temporal hizo que la travesía se prolongase unas cuantas horas más de lo previsto. Esto no nos supuso problema alguno, la comodidad del barco y el entusiasmo de las cuatro amigas que viajamos hizo que el viaje, aunque más largo de lo previsto, fuese, en definitiva, de lo más agradable.

Por mi parte, no era la primera vez que visitaba el país vecino, había estado en otras ocasiones en el Cabo Tres Forcas (siempre me recuerda nuestro Cabo de Gata) y, por mucho que vaya, nunca me canso de disfrutar sus paisajes, su gastronomía, la amabilidad de sus gentes…

En esta ocasión la ruta sería distinta. Después de pasar la noche en Nador nos pusimos en marcha camino de Fez. Esta ciudad milenaria cargada de la historia de diversas culturas y creencias, con el encanto de su laberíntica medina; sonidos, olores, colores… volveré sin duda, dos días saben a poco. Uno de nuestros objetivos, era visitar la tumba de Boabdil (el Rey Chico) último rey musulmán de Granada, siguiendo las indicaciones de un guía por fin dimos con ella, es vergonzosamente lamentable la situación en que se encuentra, a causa del afán de protagonismo de diferentes administraciones. (La tumba de Boabdil yace bajo la basura, http://shr.gs/wCLupOj). Tras Fez fuimos a Volúbilis, el yacimiento romano más importante de Marruecos y de todo el norte de África, fue fundada en el siglo III a.C, quedó sepultada en 1755 por el terremoto de Lisboa, restaurada a principio del siglo XX por el protectorado francés y, declarada Patrimonio de Humanidad por la Unesco en 1997. Por último, Meknes, la más discreta y desconocida de las ciudades imperiales, encantadora y cargada de historia. El abandonar Meknes no olvidamos visitar una de sus bodegas, donde tras una visita guiada pudimos degustar sus caldos y comprar alguna botella, para sorprender a los amigos con el regalo de un buen vino producido en un país musulmán.

Casi al final de nuestro tiempo disponible nos dirigimos a pasar los tres últimos días en Tibouda, Cabo Tres Forcas, de donde tras descansar y disfrutar de los amigos que hicimos en viajes anteriores, regresamos con cierta desgana a incorporarnos a la vida cotidiana.



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