Publicado 15-05-2019
La aventura empieza en Marruecos, la puerta de África. Ciudades Imperiales, Medinas y Zocos, sabores y olores que deleitan los sentidos, la calma y la magia del desierto, el caos de la plaza Jemaa El Fna en Marrakech, las peladas cumbres del Atlas. Hay viajes para todos los gustos, trekkings, rutas en 4x4, estancias en la playa,... y todo tipo de alojamientos, grandes hoteles, acogedores riads, encantadoras jaimas.
Pese a la existencia de ciudades modernas y cosmopolitas, como Casablanca o Tánger, y que ciudades tradicionales, como Marrakech o Fez, se encuentran en un proceso imparable de globalización, el país ejerce una profunda fascinación sobre el turista occidental. Una cultura islámica y profundamente tradicional, junto a una variada orografía y unos paisajes increíbles hacen que el lugar sea ideal para vivir la aventura.
Marrakech es la ciudad elegida como punto de partida para las aventuras de la alta montaña, vivir la aventura en el desierto o aventurarse en los callejones de su Medina e intentar comprender costumbres ancestrales.
Llegar a las dunas de Merzouga desde Marrakech en transporte público, puede ser una gran aventura, pero si vamos en coche privado es un viaje cargado de alicientes, cruzando el Atlas hasta Ouarzazzatte y por el Valle del Dades hasta Tinerhir, podremos contemplar paisajes espectaculares, naturales con una peculiar y escasa vegetación, o arquitectónicos en aldeas plenamente integradas en las faldas de las montañas o las muchas fortalezas de barro, las Kasbash. Y ya en el desierto, junto a las famosas dunas de Erg Chebbi, un paseo en dromedario y una noche durmiendo en una jaima o al raso sobre la arena.
El Atlas es una cordillera espectacular con grandes cumbres como el Tubkal o el Mgoun, aunque, tal vez, lo que más llama la atención es el estilo de vida tradicional de sus habitantes, la gente que vive en las aldeas. Una vida con pocos recursos, pero acogedores como pocos. Un lugar ideal para trekkings y senderismo o montañismo y escalada.
El Norte de Marruecos es menos conocido como destino de aventura, pero allí tenemos la cordillera del Rif, el Parque Nacional de Talassemtane y zonas costeras de gran belleza muy poco explotadas por el turismo, ideales para practicar kayak o buceo.
Aunque la costa parece un lugar para el descanso y el relax, también lo es para aventuras acuáticas y hay puntos ideales para practicar surfing como Taghazout y diversas playas al sur de Agadir.
Y no podemos olvidar las aventuras urbanas. Los zocos son ideales para perderse y luego buscar la salida, entre pesados vendedores que exigen ponerle precio a unas babuchas, aunque el interés por comprarlas sea nulo. Marrakech tiene la ventaja de que cualquiera puede indicarnos el camino de la Plaza, porque Jemaa el Fna es la Plaza no solo de la ciudad, de Marruecos y, tal vez, de África.
