Todo un mar de arena, dunas y más dunas, camellos y algún que otro viajero. Así es el desierto, paz, relax y tranquilidad para alejarnos del estres. No es un viaje fácil, tal vez pasemos calor, tal vez los hoteles no tienen muchas comodidades, y pasear a lomos de un camello puede endurecer nuestras nalgas. Pero es una aventura excepcional que no nos podemos perder, dormir el una tienda en pleno desierto, escuchar el silencio y ver las estrellas....